jueves, 25 de marzo de 2010

Costalera

De la mano de una costalera nos llega nuestro primer articulo, gracias de corazón y estamos abiertos a cualquier articulo.

Quien me iba a decir a mi hace un par de años que yo iba a ser costalera...ni soñando me imaginaba con el costal en la cabeza, enfajada como un morcón y metiendo riñones...Ahora, echando la vista atrás recuerdo los ensayos del año pasado, la salida y esa primera vez que me metí en el palo...cuando todo el miedo recorría mi cuerpo saliendo del almacén, mirando a esa cuesta de San Pedro, con más miedo aún después del incidente de mi compañera; Las piernas me temblaban, no sabía meter riñones, ni andar, ni rachear, solo tenía los consejos de mi novio, y la experiencia visual de ir a otros ensayos de hombres...Con suerte y sacrificio logré llegar a la iglesia y cuando entré, una inmensa satisfacción recorrió mi cuerpo.
A pesar de las molestias del cuello y del agarrotamiento de músculos por el miedo, tenia clarísimo que estar allí debajo, rodeada de otras valientes era mi lugar. Y desde entonces, tras una salida difícil y un cuello muy despellejado, no he podido dejar pasar la oportunidad de volver a cometer esta dichosa locura que tanto me gusta hacer cada año...
Por eso este año tengo el gran honor de sacar dos pasos, la noche y el día, el frío silencio del santo entierro y la musicalidad alegre de la burrita de Moguer...
Y me da igual los que piensen los demás, lo único que me preocupa es que yo debajo de un paso soy feliz, limitadamente feliz, ya que por ser una mujer no tengo derecho a sacar a la imagen que me sale del corazón, pero muy poco a poco, le pese a quien le pese las cosas cambiaran, y yo me sentiré orgullosa desde donde esté por haber contribuido a este cambio.Me queda mucho por aprender y espero hacerlo, pero de momento estoy dispuesta a dejarme el pellejo donde sea necesario, con la cabeza bien alta, con trabajo, esfuerzo, sentimiento y sudor, aguantando el tirón y demostrándome a mi misma y a la gente que rodea a este mundillo que una mujer también tiene aguante y pueden con lo que le echen. Espero que me queden muchos añitos de costal, y el día que todo esto tenga que acabar, que mi esfuerzo no haya sido en vano.De momento voy a mirar al futuro más cercano, y ya solo me quedan cuatro días para hacer un izquierdo, un costero o una levantá al cielo; Y aunque no me tiemblen las piernas como la primera vez, tengo las mismas fuerzas, ganas e ilusión, y espero no perder nunca esa sensación que me hace volver cada año.

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